Mimar tus pies en verano
Con la subida de las temperaturas llega también un periodo delicado para nuestros pies. Aunque durante todo el año debemos cuidar de ellos, en la época veraniega tienes que mimar tus pies mucho más, ya que están expuestos al sol directamente y los llevamos prácticamente al descubierto, sin calcetines ni medias.
En verano pasamos de llevar durante varios meses – desde otoño hasta mediados de primavera – botas, botines u otro tipo de calzado cerrado, a llevar un calzado abierto: mocasines, sandalias, náuticos, zuecos, alpargatas… Con este tipo de calzado nuestros pies están expuestos a más riesgos.
¿Cuáles son los problemas más comunes que sufren nuestros pies en verano?
- La fricción del pie desnudo con el zapato veraniego puede llegar a provocar una pequeña herida (rozadura) o que la piel se levante y acumule líquido debajo (ampolla).
- Un sudor en exceso del pie provoca una humedad elevada que se desencadena en grietas entre los dedos del pie.
- La sequedad excesiva de los pies, sobre todo en los talones, provoca deshidratación en la planta del pie.
- Una mala higiene de los pies o no usar chancletas en piscinas o duchas públicas, puede provocar infecciones cutáneas, generalmente hongos.
¿Cómo mimar tus pies en verano?
- Cuida tu higiene diaria de los pies. Pon especial atención a la hora de secarlos, sobre todo entre medio de los dedos y en el pliegue que se forma en la unión de los dedos y la planta.
- Hidrata tus pies para evitar los problemas de sequedad. Usa una crema hidratante de acorde con tu tipo de piel, preferiblemente por la noche.
- Si te sudan mucho los pies, después de lavarlos y secarlos adecuadamente, puedes utilizar un antitranspirante.
- Usa un calzado cómodo, de material transpirable, con una suela amortiguadora y flexible.
- Usa chancletas o zapatillas de goma en piscinas, duchas públicas, gimnasios y otros lugares húmedos.