El cuidado de los pies: los problemas se acercan con el calor
¡Por fin ha llegado esa época del año que tanto nos gusta! El calor, el sol, la playa, la piscina, las salidas al aire libre… no debemos olvidar, sin embargo, la hidratación de nuestro cuerpo, así como comer fruta, beber agua y ponernos mucha crema solar porque, aunque no lo parezca, el sol está ahí y puede dañar nuestra piel.
Los pies también se deben cuidar con precaución cuando el calor aprieta y puede no parecerlo, pero los pies sufren más de lo que nos pensamos con el calor. Podemos sufrir problemas muy comunes como las rozaduras o las ampollas, que generalmente las sufrimos todo el año, pero con el exceso de sudoración por las temperaturas altas, se multiplican.
Por otro lado, solemos pensar que las chanclas son la opción perfecta para el verano, pero la realidad no es siempre esta. Este tipo de calzado flip-flop a menudo nos llaga los pies y nos provoca rozaduras y llagas a causa de la fricción.
Otro problema común es la sequedad de la piel a causa de ir con calzado destapado todos los días, esto es malo para la piel ya que se crean durezas en los talones y la planta. Se acumulan las bacterias y se corta la piel dejándola sucia y pueden crear
Los pies también son conocidos por atraer hongos e infecciones cutáneas. Con el agua y las humedades, las uñas y la piel enferman con esta bacteria. Es importante, por ello, saber evitarlo y prevenir estas infecciones micóticas. Llevar un buen calzado es importante y que no tenga un tacón alto ni nos apriete el pie, ya que así mejorará nuestra circulación. En ambientes húmedos como las piscinas, el riesgo de propagación de hongos es muy alto así que debemos usar sandalias y protección en los pies en todas las partes de la zona pública. Al acabar, ¡es importante secarnos bien los pies!
Por último, no debemos olvidar de echarnos crema solar en los pies, una zona que solemos dejar sin protección, el empeine es muy sensible y puede sufrir grandes quemaduras si no lo protegemos.