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Posted by on May 9, 2013 in Calzado Profesional, Salud, Zuecos Sanitarios | 0 comments

8 Razones por las que los sanitarios deben llevar buen calzado

8 Razones por las que los sanitarios deben llevar buen calzado

 

Ya sabemos que lo que más suele llamar la atención de la gente en el uniforme de los sanitarios suele ser la bata en los médicos y el pijama en los enfermeros; sin embargo, el calzado reclama su importancia debido a la imagen, comodidad y seguridad que debe aportar al sufrido profesional de la salud. Para ello, os dejo 8 razones por las que los sanitarios deben llevar buen calzado:


Voz Noticias/CORBIS
  1. Callos y juanetes. La supervivencia del personal sanitario en su hábitat hospitalario exige un gran gasto de ATP para moverse de un lugar a otro, lo que puede provocar la aparición de los conocidos callos y juanetes. Si quieres mitigar su aparición busca una buena plantilla para el zapato.  Elige una plantilla de un material blando, de cierto espesor, y si es posible con perforaciones bajo los dedos, en la bóveda y con recubrimiento rugoso y flexible.
  2. Dolor de espalda. Si no queréis acabar siendo el jorobado del hospital, atención al tacón de vuestro calzado. A pesar de que algunas personas paseen por los pasillos del hospital como si fuese la pasarela Cibeles, los tacones altos están prohibidos: debe tener una altura intermedia de unos 2 a 4 centímetros, que no sea plano del todo para no sobrecargar el talón ni demasiado alto para no sobrecargar el antepie. Un tacón demasiado alto facilita la aparición de cansancio, problemas circulatorios, dolor de pies,  juanetes, “dedos de martillo” o deformaciones de la columna con dolor crónico. Se recomienda que la anchura posterior del calzado y la del tacón en contacto con el suelo sean iguales para proporcionar una base estable.
  3. Protección contra sustancias tóxicas e infecciones. Para qué vamos a engañarnos: el hospital es un medio hostil en el que el más mínimo error puede suponer la muerte. Continuamente manejamos fármacos tóxicos, muestras contaminadas con los microorganismos más mortales, y sí, lejía y desinfectantes que destrozarán un calzado no preparado. Para protegernos contra estos peligros lo último es el empleo de zuecos de goma EVA que nos cubran por completo el pie, especialmente reforzados en el empeine y la planta.
  4. Antideslizamiento. Si no queremos resbalar mientras estamos en la cafetería del hospital y ser el hazmerreir de los compañeros, necesitamos una suela en condiciones. En relación a la fricción, deben existir dibujos en el tacón y la puntera de la suela para permitir la evacuación de contaminantes, evitando resbalones y facilitando la impulsión. Se deben evitar los materiales duros y lisos en el tacón y los orificios que actúen de futuros depósitos de contaminantes.
  5. Buena imagen. A nadie le gusta encontrarse con que el sanitario que le está atendiendo tenga los zapatos llenos de manchas de vómito y sangre; para evitarlo, búscate un calzado impermeable que no absorba las manchas y sea fácilmente lavable. Además, conviene que sean lo más bonitos posible: en el hospital existe mucha tensión sexual acumulada y nunca se sabe qué puede pasar…
  6. Comodidad. Como ya hemos comentado antes los sanitarios nos movemos mucho, y el ATP disponible es limitado, por lo que debemos ahorrar la máxima energía posible llevando un calzado ligero y cómodo. Usando materiales de EVA nos aseguramos unos zapatos de poco peso. En cuanto a la comodidad debemos buscarnos que no tengan costuras internas que puedan clavarse o producir rozaduras, y un revestimiento interno que sea suave.
  7. Buena sujeción. Lo típico: vas corriendo por los pasillos con la nevera portando un corazón para trasplantar y vas y se te sale una zapatilla; te tropiezas, te caes, se abre la nevera y para qué os voy a contar. Es normal entre los sanitarios llevar zuecos abiertos por detrás, los cuales suelen presentar cierta inestabilidad y en algunos casos destalonamiento. Buscad siempre que lleven una tira posterior que sujete el calzado al tobillo.
  8. Transpiración. Conviene buscarse unos zapatos que transpiren correctamente con agujeros de aireación, y si es posible que estén situados en los laterales (nunca en el empeine pues permitiría la entrada de sustancias más fácilmente).  Importante una buena plantilla para que absorba el sudor manteniendo el pie seco y mejorando con ello el confort térmico (importante lo de evitar sudores y olores en trabajadores de quirófano).

 

Escrito por FranciscoPJ
Puedes seguirlo en su cuenta de Twitter @medicinajoven.
Medicina Joven

 

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