La vida está llena de decisiones, algunas más sencillas que otras, pero de todas podemos sacar un aprendizaje.
Cuando decidí estudiar medicina no era consciente de todo lo bueno que me traería el camino que estaba a punto de elegir. Me costó bastante decidirme porque tenía muchos miedos. Me paraba a pensar más en lo complicada que sería la carrera, en la serie de obstáculos que tendría que superar, en la cantidad de años que debería estudiar… en lugar de en las cosas positivas que me aportaría. Era muy insegura, tenía miedo al fracaso, a no dar la talla, a no poder o a no saber ser una buena médico. Barajé la enfermería como posible alternativa, puesto que tiene también ese contacto con el paciente que me encanta. Magisterio estuvo entre mis opciones puesto que me gusta mucho la docencia y me fascina el hecho de poder transmitir a los demás tus conocimientos y ayudarles a aprender lo que sabes. Pero finalmente, dejé de autoconvencerme con otras posibilidades, superé ese miedo que todos tenemos cuando nos enfrentamos a un cambio, y me lancé a la medicina porque era lo que verdaderamente en mi interior deseaba. Aunque fuese duro, aunque se me presentaran muchos inconvenientes… me prometí ser fuerte y confié en que si me esforzaba y trabajaba duro podría conseguirlo y merecería la pena.
Y hoy no puedo estar más contenta de haber tomado esa decisión en su día. He disfrutado muchísimo durante la carrera, tanto las cosas buenas como las menos buenas. He intentado ver la mayor parte del tiempo el vaso medio lleno, recordando en los momentos duros el motivo por el cual empecé este viaje. Cuando estaba a punto de finalizar el 4º curso, decidí crear un blog personal para compartir de alguna manera mis anécdotas del día a día en las prácticas del hospital, mis sentimientos sobre la medicina y dejar ver de algún modo mi ilusión por esta bonita profesión. Al principio no sabía si alguien me leería siquiera o si al cabo del tiempo dejaría ese proyecto de lado… pero poco a poco comencé a recibir comentarios de apoyo por parte de lectores anónimos, mensajes de ánimo y opiniones variadas de estudiantes que se sentían identificados con lo que escribía. Seguidores de distintos países, de todas las edades, sanitarios y no sanitarios que han hecho que mantenga las ganas de escribir y el blog continúe abierto. Muchos me han acompañado desde el inicio, otros se han ido sumando en el camino… pero gracias a todos ellos sigo narrando mis vivencias desde que comencé hace ya casi tres años cuando era estudiante hasta que conseguí, por fin, el título de licenciada en Medicina.
Pero no todo acaba ahí. Cuando parece que llegas al final y consigues un objetivo… puedes levantar la mirada y ver en el horizonte una atractiva y nueva meta. Hay que saber apreciar la satisfacción de conseguir los sueños, así como saborear el camino recorrido y el esfuerzo que nos llevó a alcanzarlos. Pero también es importante no conformarse y seguir buscando nuevas ilusiones, no perder la curiosidad por seguir aprendiendo cosas nuevas y avanzar.
En mi caso, sabía que tenía por delante una dura prueba como es la preparación del examen MIR para obtener una plaza de formación sanitaria especializada; podría tomármelo como un mal trago horrible que tendría que pasar rápido, o como un nuevo reto a superar de la mejor manera posible. Elegí esta última opción, me lo tomé con calma y tranquilidad, trabajé duro por supuesto y estudié mucho, pero intentando no perder la actitud positiva. Fueron meses complicados con muchos altibajos emocionales y sobre todo muchos nervios al final, pero el conocer a muchos compañeros que estaban en la misma situación y el tener el apoyo de la familia hicieron el trayecto más ameno. Por suerte me fue muy bien y conseguí un buen resultado. Pero esto tampoco es el final. Ahora tengo que enfrentarme una vez más a la duda, la incertidumbre y la decisión: Especialidad y Hospital. Vuelven los nervios y ese miedo al cambio que creía haber olvidado.
Ya tengo terminada mi lista personal de plazas ordenadas por preferencia, para llevarla conmigo el día de la elección al Ministerio. Hace varios días que dejé de darle vueltas a las ventajas e inconvenientes que tienen los distintos hospitales. He comprobado que la gran mayoría son un buen lugar para formarse así que la decisión de decantarme por uno u otro ha sido complicada, más bien me he dejado guiar por mis sensaciones subjetivas. Espero poder escoger mi primera opción y ser muy feliz con ella, pero también sé que si no fuese posible, con el resto de opciones que la siguen estaría contenta igualmente :).
Pase lo que pase con la decisión que tome y afrontando las adversidades que supongo también encontraré, espero quedarme con el lado positivo de este nuevo camino que emprendo y marcar una nueva meta en mi vida, un nuevo sueño por cumplir.
Muy pronto podré contar dónde pasaré los próximos cuatro años como médico interno residente…
Escrito por:
Miriam Nova
Licenciada en Medicina.
@Mirinova
Blog Futura doctora…Dra. Nova
Read More